ALBERTO
BARCELÓ LE CONSIGUE A CARLOS GARDEL UNA CÉDULA APÓCRIFA COMO ARGENTINO
Con
respecto a la documentación conseguida por Carlos Gardel para sortear sus
problemas de indocumentación, nos dice Esteban Capot, amigo de la adolescencia
del cantor:
"Ya estaban unidos Carlos y Razzano en las
reuniones políticas que realizaba el caudillo de Avellaneda a favor de sus
campañas, casi siempre en teatros el dúo salía a cantar como atracción. Y como atraían
grandes cantidades de gentes, ganaban mucha plata y eran para Barceló y para
los dirigentes del partido, los niños mimados. Y fue así como don Alberto, a pedido de Carlos, le hizo extender una
cédula de identidad como nacido en Avellaneda. Documento que le servía para
no tener obstáculo en sus giras y que le fuera extendida a nombre de Gardel, su
apellido teatral" (Platea, 1960).
En los
viajes realizados a Brasil, en 1915, y Chile, en 1917, utilizó permisos
especiales de la Policía Federal Argentina, y documentos obtenidos en 1913 y
1915 como argentino nacido en Avellaneda la primera vez, y en La Plata la
segunda, a través de Alberto Barceló y de Cristino Benavídez, evidenciando los
problemas de documentación que empezaban a complicar las posibilidades de
moverse en cl escenario internacional.
Si Gardel hubiera sido el francés Charles
Romuald Gardes, no hubiera necesitado documentación apócrifa. Nada le hubiera
impedido documentarse legalmente entonces y, adoptando la nacionalidad
argentina hubiera quedado libre de obligaciones militares para con Francia.
En nota
dedicada a Esteban Capot y traducida por la Sra Ana Turón, el investigador
Sr. Georges
Galopa, después de dar una enorme cantidad de detalles innecesarios
sobre la genealogía de Esteban Capot,
termina su artículo con una nota en la que resume LO ÚNICO IMPORTANTE desde el
punto de vista de las obligaciones militares que Carlos Gardel hubiera tenido
para con Francia, de haber sido el francés Charles Romuald Gardes.
“NOTA: Si en 1902, Cyrille Stephen CAPOT se
hubiese presentado en el Consulado de Francia para ponerse en regla, se habría
transmitido su situación a la alcaldía de NÉRAC, y si hubiese probado que llegó a Argentina antes de cumplir sus 18 años,
habría sido exceptuado del servicio militar activo (mientras permaneciera en
ARGENTINA). Habría estado en regla y habría recibido su cartilla militar.
Si hubiese querido regresar a FRANCIA sin ser molestado, la única solución habría sido cambiar de nacionalidad (*).
Si hubiese querido regresar a FRANCIA sin ser molestado, la única solución habría sido cambiar de nacionalidad (*).
Georges GALOPA.
ANDOLSHEIM,
le 10 Avril 2015
(*) Estas
consideraciones del Sr. Galopa,son también aplicables al francés Charles
Romuald Gardes:
Si a fines
de 1911, Charles Romuald Gardes se hubiese presentado en el Consulado de
Francia para ponerse en regla, se habría transmitido su situación a la alcaldía
de TOULOUSE, y si hubiese probado que llegó a Argentina antes de cumplir sus 18 años,
habría sido exceptuado del servicio militar activo (mientras permaneciera
en ARGENTINA). Habría estado en regla y
habría recibido su cartilla militar.
Si hubiese querido regresar a FRANCIA sin ser molestado, la solución habría sido cambiar de nacionalidad.
Si hubiese querido regresar a FRANCIA sin ser molestado, la solución habría sido cambiar de nacionalidad.
Pero el francesito jamás se documentó ni se
naturalizó argentino. La única explicación posible es que no pudiera
hacerlo por haber fallecido.
En cambio el INDOCUMENTADO Carlos Gardel adquirió
la ciudadanía uruguaya en octubre de 1920 cuando enterado de las recientes normativas para
regularizar estados de indocumentación
para uruguayos en el extranjero, se presentó ante el Consulado
Uruguayo de Buenos Aires, para solicitar su Registro de Nacionalidad, al amparo de las leyes consulares de
1906 y del decreto reglamentario de 1917.
Su inscripción quedó asentada en el Libro de Registro de
Nacionalidad uruguaya del Consulado General de la República Oriental del
Uruguay en la Argentina, página 902, No 10.052.
En el acto jurídico, sustentado como expresión de la
autonomía de la voluntad, el compareciente declara, de modo irrefragable, ser nacido en Tacuarembó, el 11 de
diciembre de 1887, de estado soltero, artista, domiciliado en R. Peña 451.
El 7 de marzo de 1923 Carlos Gardel
solicita la Carta de Ciudadanía Argentina. A tales efectos acompaña el testimonio de dos
testigos (Urruchúa y Brennan, ambos empleados de la Policía) y dos constancias,
la de su nacimiento, el certificado del Agente Consular uruguayo y un
certificado de buena conducta No.218.125 expedido por la Policía de la Capital
Federal unos días antes, con fecha 15 de febrero de 1923, otorgado por el
Jefe de Investigaciones Eduardo de Santiago.
Con el acuerdo del Procurador Fiscal, el Juez
le otorgó la carta de ciudadanía.
En este documento dice ser natural de Uruguay, tener 35 años de edad, ser de profesión
artista y vivir en Rodríguez Peña 451
Haber optado por la ciudadanía legal argentina, implicó una
decisión voluntaria, expresión de libre elección, acto volitivo y de
conciencia. Fue un reconocimiento a su patria artística, el cual nadie puede
desconocer.
Por
supuesto, tal calidad le impuso un
compromiso solemne de enrolarse y cumplir con el régimen militar legal de su
nueva patria .